(o cómo aprendí a mirar el dolor sin quedarme a vivir en él) Escuchar a Lykke Li me regresó, de golpe, a una época en la que estar triste era casi una forma de identidad, la escuchaba en loop, como quien necesita probarse que todavía siente algo. Por esos días también...
Es jueves y por primera vez en semanas no sé qué escribir. Me siento frente a la página en blanco como si me estuviera mirando un espejo que no devuelve imagen. No me siento vacía, pero sí un poco muda. Tengo algunas ideas y ganas de pensarme, pero no encuentro forma....
I. La próxima semana cumplo 39.No tengo lista de aprendizajes ni ganas de resumir la década en frases compartibles. A los veintitantos, me parecía importante inventariar todo: libros, aprendizajes, certezas. Era mi forma de sentir que avanzaba, que algo se acumulaba....
Leí La vegetariana y fue un golpe seco al cerebro, uno de esos libros que no se digieren en una noche, que se quedan enredados en los pliegues del pensamiento como un sueño incómodo, como un resto que no se limpia con el paso de las páginas. Lo terminé con la...
Me siento como Carrie Bradshaw escribiendo esta columna, laptop en mano, café a un lado. Pero esta vez, sin tutu ni cosmopolitan. Lo que traigo es una reflexión menos glamurosa, más visceral. En estos años he aprendido algo esencial: habitarme. Escuchar mis impulsos,...